Mensaje conjunto de la Sra. Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, y la Sra. Sima Bahous, Directora Ejecutiva de ONU-Mujeres, con motivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, 11 de febrero de 2022
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Para resolver los grandes retos a los que se enfrenta el mundo actualmente, desde la COVID-19 hasta el cambio climático, necesitamos nuestras mentes científicas más brillantes. Sin embargo, solo uno de cada tres científicos es mujer. Esta flagrante disparidad no solo dificulta nuestra capacidad para encontrar soluciones a nuestros retos comunes, sino que nos impide también construir las sociedades que necesitamos. Además, se trata de una disparidad sistémica.
En el mundo académico, las mujeres también siguen estando infrarrepresentadas entre los científicos de alto nivel. Según el Informe de la UNESCO sobre la Ciencia de 2021, a las mujeres se les conceden menos fondos para la investigación que a los hombres, y tienen menos posibilidades de promoción. Igualmente, en el sector privado, las mujeres tienen menor presencia en la dirección de las empresas y en los puestos técnicos de las industrias tecnológicas. La falta de igualdad de oportunidades en el trabajo está expulsando a las mujeres de las profesiones de investigación.
Debemos poner en práctica el principio de igualdad para que la ciencia sea favorable a las mujeres, porque con demasiada frecuencia funciona en su contra, por ejemplo, cuando los algoritmos perpetúan los prejuicios de sus programadores. A pesar de la escasez de mano de obra en este ámbito, varios estudios muestran que las mujeres representan solamente el 22% de los profesionales que trabajan en el sector de la inteligencia artificial y el 28% de los graduados en ingeniería. Asimismo, cuando fundan sus propias empresas, las mujeres reciben menos del 3% del capital riesgo total invertido, en comparación con los hombres.
De cualquier modo, en general, tenemos que ofrecer a las mujeres más oportunidades en la ciencia y la innovación. Por ello, la UNESCO y ONU-Mujeres se esfuerzan por conseguir que las niñas accedan a la educación científica y por que puedan ocupar el lugar que les corresponde en estos sectores y profesiones.
El año pasado, el Foro Generación Igualdad puso en marcha la Coalición para la Acción sobre Tecnología e Innovación para la Igualdad de Género. Su objetivo es duplicar la proporción de mujeres que trabajan en el ámbito de la tecnología y la innovación de aquí a 2026 y velar por que las mujeres y las niñas participen plenamente en la búsqueda de soluciones a los grandes problemas complejos e interdisciplinarios a los que nos enfrentamos. Para ello es necesario adoptar medidas específicas para aumentar la representación, así como mantener una vigilancia constante para erradicar la discriminación tan arraigada y los prejuicios inconscientes.
Ya estamos comprobando cómo la colaboración entre los sectores público y privado y entre generaciones puede generar un cambio positivo, por ejemplo, eliminando los estereotipos de género en la educación y poniendo en marcha políticas para incorporar a las científicas al mercado laboral y apoyarlas.
La ciencia surge de la curiosidad universal que nos hace humanos, al plantear preguntas que son comunes a toda la humanidad. En este sentido, tenemos la necesidad urgente de construir ecosistemas científicos y tecnológicos más inclusivos, transformadores y responsables, libres de prejuicios y discriminación. De ese modo podremos acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y abordar los retos que nos afectan a todos.