Caminando
Ecuador se ha convertido en un país receptor de población con necesidades de protección internacional. Las fronteras son zonas críticas de alta concentración de migrantes y refugiados en las que se enfrentan a escenarios de riesgo y vulnerabilidad, especialmente las mujeres y niñas quienes son víctimas de violencias, explotación, acoso y abuso sexual.
ONU Mujeres busca empoderar a las mujeres para el pleno ejercicio de su derecho a vivir una vida libre de violencias y promueve la generación de medios de vida sostenibles a través del proyecto Caminando. Dicho proyecto se ha implementado en las provincias de Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos en la frontera norte, y la provincia de El Oro en la frontera sur desde septiembre de 2019. Con el financiamiento del Fondo de Población Migrantes y Refugiados del Departamento de Estado de los Estados Unidos, el proyecto Caminando fortalece mecanismos que aseguren el acceso y disponibilidad de servicios de calidad para la eliminación de la Violencia Basada en Género, acompañados de iniciativas que promuevan la integración socioeconómica de mujeres migrantes y refugiadas, incluido su acceso al mercado laboral, e integración social y cultural. También se gestiona la generación de estudios y herramientas para promover la inclusión del enfoque de género en las acciones humanitarias.
¿Cómo lo hacemos?
El proyecto Caminando vincula a mujeres y hombres en la zona fronteriza para transitar un camino de transformación y cambio positivo y se enfoca en tres objetivos específicos:
- Generar y fortalecer iniciativas de ingresos para mujeres en situación de movilidad humana expuestas a situaciones de Violencia Basada en Género como herramientas para promover su autosuficiencia y empoderamiento.
- Fortalecer las capacidades institucionales para la protección y atención a las mujeres en movilidad humana y de las comunidades de acogida frente a la violencia de género.
- Generar conocimiento y reforzar los procesos destinados a prevenir la explotación y abuso sexual de las mujeres en movilidad humana y de las comunidades de acogida. Al mismo tiempo se sensibiliza a hombres en masculinidades no violentas y corresponsables.
Resolución 1325
En el año 2000, El Consejo de Seguridad de la ONU sobre Mujeres, Paz y Seguridad reconoció que la guerra afecta a las mujeres de manera diferente y reafirmó la necesidad de potenciar el rol de las mujeres en la adopción de las decisiones referidas a la prevención y la resolución de los conflictos.
Para ello, ha publicado varias resoluciones relativas a las mujeres, la paz y la seguridad, comenzando con la resolución 1325. Dicha resolución, que estableció un marco jurídico y político histórico, reconoce la importancia de la participación de las mujeres, así como de la inclusión de la perspectiva de género en las negociaciones de paz, la planificación humanitaria, las operaciones de mantenimiento de la paz, la consolidación de la paz en las situaciones posteriores a un conflicto y la gobernanza. Desde entonces, el Consejo de Seguridad considera anualmente el asunto de “mujeres, paz y seguridad”.