Del laboratorio a la comunidad: Anita Villacís y su legado en la investigación y educación
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En Ecuador, las mujeres siguen estando subrepresentadas en el ámbito científico. Según datos de la UNESCO, las mujeres representan el 41% de las personas vinculadas a las ciencias en el país, superando la media mundial del 30%. Sin embargo, persisten desafíos que reflejan una brecha de género en la investigación y el acceso a oportunidades.
En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia 2025, se hace un llamado a la acción para reducir esta disparidad y fomentar entornos más inclusivos en la investigación y la innovación. La historia de Anita Villacís es un ejemplo de cómo la ciencia puede trascender el laboratorio y generar impacto en la sociedad. Su trabajo ha permitido avanzar en el conocimiento de enfermedades transmitidas por insectos y educar a comunidades en Ecuador.
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Anita Villacís: ciencia con impacto
Anita Villacís, PhD, es investigadora y docente en la PUCE y en el Centro de Investigación para la Salud en América Latina (CISeAL). Su trabajo se centra en enfermedades transmitidas por insectos, como el Chagas y el dengue. Actualmente, investiga la genética de los triatominos, la detección de virus en Aedes aegypti, el desarrollo de videojuegos educativos para la prevención de enfermedades y la búsqueda de una vacuna contra el Chagas.
Desde el inicio de su carrera, ha aplicado la ciencia en beneficio de la sociedad. Aunque su interés comenzó en la botánica, pronto descubrió el impacto de los insectos transmisores de enfermedades y la necesidad de educar a las comunidades sobre su prevención. "Al inicio, no me agradaba mucho la idea de trabajar con insectos, pero con el tiempo descubrí que era un mundo fascinante", recuerda. Su trabajo ha llevado el conocimiento científico fuera del laboratorio, conectando con poblaciones vulnerables.
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Ciencia aplicada: educación y prevención
Uno de sus mayores logros ha sido unir la investigación con la educación, convirtiéndola en una herramienta de cambio social. Para hacer accesible el conocimiento, desarrolló folletos educativos sobre el Chagas y promovió la creación de videojuegos para la prevención de enfermedades. "Creamos un videojuego enfocado en Loja y otro en Manabí para reflejar las condiciones específicas de cada lugar. La respuesta de los niños ha sido maravillosa; ellos se convierten en voceros de la prevención dentro de sus comunidades", explica.
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Ciencia accesible y redes de mujeres
Para ella, la divulgación científica es clave para que la investigación tenga un impacto real. "No sirve de nada publicar solo en revistas académicas si el conocimiento no llega a quienes más lo necesitan", enfatiza. A través de su participación en la Revista Nuestra Ciencia, ha acercado información clave a la ciudadanía, promoviendo la concienciación sobre enfermedades tropicales.
Adicionalmente, resalta la importancia de las redes de mujeres científicas, como la Red Ecuatoriana de Mujeres en Ciencia e Ingeniería (REMCI). "Unirnos en redes nos permite apoyarnos, visibilizar nuestro trabajo y crear oportunidades para más mujeres en la ciencia", señala.
Inspirando a la próxima generación de científicas
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El papel de los referentes es fundamental en la construcción de vocaciones científicas. En su caso, su profesora de biología en el colegio, Catalina Quintana, influyó en su elección profesional. "Ella hacía que la biología fuera emocionante y eso marcó mi camino", menciona. Ahora, como docente e investigadora, busca replicar ese impacto en sus estudiantes, incentivando su curiosidad.
Las barreras para las mujeres en la ciencia han cambiado con el tiempo, pero aún existen desafíos. Aunque el acceso ha mejorado, la percepción sobre la viabilidad de la carrera científica y la conciliación con la vida personal siguen siendo temas pendientes. Para las niñas que desean incursionar en la ciencia, su consejo es claro: "Que nunca tengan miedo. La investigación es una maratón, no una carrera de velocidad. Requiere paciencia, perseverancia y, sobre todo, pasión".
Un mensaje para el futuro
En el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la Dra. Anita Villacís hace un llamado a seguir impulsando la participación de las mujeres en la ciencia: "Es fundamental que más niñas y mujeres vean la ciencia como un camino posible. No podemos permitir que los estereotipos o la falta de oportunidades las alejen de su vocación. La ciencia es para todas".
Desde ONU Mujeres, reafirmamos nuestro compromiso con la igualdad en la ciencia y la tecnología. Aunque la participación de las mujeres en la ciencia en Ecuador ha crecido, aún existen barreras estructurales que limitan su acceso a oportunidades en investigación y liderazgo. Además, la pandemia ha evidenciado cómo las responsabilidades de cuidado impactan en la producción científica de las mujeres, afectando su tiempo disponible para la investigación.
Es fundamental garantizar que todas las niñas y mujeres tengan acceso a oportunidades en estos campos, contribuyendo a un mundo más igualitario e innovador. Cerrar la brecha de género en la ciencia es una meta común. La ciencia necesita de todas y todos. Es momento de actuar.
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