Elvia Guamán: “En nuestras manos está el poder de proteger la tierra y alimentar a nuestras comunidades de manera saludable”
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En el corazón de las parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito, al nororiente de la ciudad, en el valle de Guanguiltahua, un grupo de mujeres valientes y visionarias están escribiendo una nueva historia de vida, una historia de cambio y empoderamiento. En el epicentro de esta transformación se encuentra Elvia Guamán, cuya conexión profunda con la tierra y la agricultura orgánica tiene raíz en su legado familiar.
Elvia creció en un hogar donde el amor por la siembra y el cuidado de la tierra eran valores fundamentales transmitidos por generaciones. Desde temprana edad, sus padres y abuelos le inculcaron el arte de cultivar la tierra y la importancia de una alimentación sana. Este legado no solo ha moldeado su pasión por la agricultura, sino que también ha cimentado su compromiso con la protección del medio ambiente y la promoción de la soberanía alimentaria en su comunidad.
Sembrando un futuro juntas: el Huerto Orgánico de Cocotog
Elvia, junto con otras seis mujeres - Elena, Susana, Blanca, Teresa y Águeda – conforman el Huerto Orgánico de Cocotog, una iniciativa que trasciende la agricultura. Para este grupo de mujeres, el huerto es un símbolo de unidad, solidaridad y empoderamiento.
Cada día, se sumergen en una variedad de actividades que van desde la siembra y el cuidado de las plantas, hasta la recolección de los frutos de su trabajo. Desde las primeras luces del alba hasta el crepúsculo, estas mujeres trabajan incansablemente en su huerto, compartiendo conocimientos, experiencias y risas mientras cultivan alimentos saludables para sus comunidades.
Además de las labores agrícolas, una de las actividades más significativas que realizan es compartir la comida. Al finalizar la jornada, se reúnen alrededor de una mesa donde comparten los frutos de su trabajo en un ambiente de camaradería y solidaridad. Este momento no solo les permite disfrutar de una comida nutritiva y deliciosa, sino que también fortalece los lazos de amistad y colaboración entre ellas.
Formación para el desarrollo sostenible y el fomento cultural
Este grupo de mujeres forma parte del proyecto “Fomento a las vivencias de la cultura y las artes e innovación para mujeres rurales de Quito”, una iniciativa de ONU Mujeres y la Secretaría de Cultura del Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, implementada por la Fundación Cultural PULSAR. Como parte del proyecto, se llevó a cabo el Laboratorio para Emprendedoras Culturales “Gestar”, con el objetivo de fortalecer las capacidades y habilidades de mujeres emprendedoras de diez territorios del Distrito Metropolitano de Quito y promover su autonomía económica.
Elvia se enteró de los procesos formativos de ONU Mujeres y la Secretaría de Cultura gracias a una convocatoria de la administración zonal de Zámbiza. A través de estos espacios, adquirió conocimientos sobre los derechos de las mujeres rurales, el empoderamiento económico y las herramientas necesarias para hacer crecer su negocio. Se destacó especialmente en áreas como la publicidad y la fotografía de sus productos, lo que le permitió promover su emprendimiento de manera efectiva. Esta iniciativa ha motivado la participación de más de 100 mujeres rurales en las zonas del Distrito Metropolitano de Quito, contribuyendo a su empoderamiento económico, a través de herramientas e insumos para impulsar sus ingresos y fortalecer estrategias de comercialización.
Para Elvia y sus compañeras, el apoyo de ONU Mujeres ha sido fundamental en el fortalecimiento de sus capacidades y en el crecimiento de su emprendimiento. A través de programas de formación especializados, asesoramiento técnico y acceso a recursos, el proyecto ha proporcionado herramientas prácticas y conocimientos estratégicos que les han permitido optimizar sus procesos productivos, mejorar la gestión financiera y ampliar sus redes de comercialización.
Fotografías de los diferentes productos del Huerto Orgánico tomadas en el marco de los talleres. Foto: Elvia Guamán
Un legado para el futuro
Hoy en día, el Huerto Orgánico de Cocotog es mucho más que un simple proyecto agrícola. Es un oasis de esperanza y prosperidad en medio de la aridez, un testimonio vivo del potencial transformador del trabajo colectivo y la resiliencia femenina. Elvia y su equipo no solo están cultivando alimentos saludables para sus familias y comunidades, sino que también están compartiendo sus conocimientos de siembra y técnicas agrícolas sostenibles con otras mujeres.
Al reflexionar sobre el impacto de su trabajo en la comunidad, Elvia señala con emoción que “Nuestro huerto no solo nos brinda alimentos, sino también una conexión profunda con la naturaleza y un sentido de comunidad que nos fortalece cada día. En nuestras manos está el poder de proteger la tierra y alimentar a nuestras comunidades de manera saludable”.
Además de su impacto en la soberanía alimentaria y la protección del medio ambiente, el Huerto Orgánico de Cocotog también ha sido una fuente de empoderamiento económico para Elvia y sus compañeras. A través de su emprendimiento, han logrado generar ingresos adicionales para sus familias y han fortalecido su autonomía financiera.
Sin embargo, el verdadero legado de Elvia y su equipo trasciende los límites de su huerto. Son pioneras de un movimiento más amplio de empoderamiento de mujeres rurales, un movimiento que está ganando impulso en todo el mundo. Su historia nos recuerda que cuando las mujeres se unen y se empoderan mutuamente, son capaces de lograr grandes cosas y transformar sus comunidades para mejor.
Sobre el proyecto
Los proyectos de fortalecimiento de identidades y fomento a las vivencias de la cultura y las artes e innovación de las mujeres rurales del Distrito Metropolitano de Quito, a los que llamamos “Quito Territorio Común para las mujeres rurales” son el fruto de dos convenios de cooperación entre la Secretaría de Cultura del Municipio de Quito y ONU Mujeres. Estos proyectos fortalecen los procesos organizativos culturales, específicamente de memoria social, a través de procesos de diálogo y reflexión que permiten el empoderamiento de las mujeres rurales y mejorar las condiciones de vida de mujeres mediante procesos de fomento e innovación de emprendimientos culturales.
Territorio Común parte del reconocimiento de la importancia de las mujeres rurales en los procesos de desarrollo y construcción del tejido social, en su rol fundamental en la provisión de alimentos, saberes y habilidades que deben ser fortalecidas para mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales frente a situaciones de pobreza, vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático y desigualdad de género.
Hasta la fecha, el proyecto ha trabajado con más de 360 mujeres y se ha implementado en 10 parroquias en 5 administraciones zonales: Los Chillos, Guangopolo, Alangasí, La Merced, Calderón, Llano Grande, Llano Chico, Perucho, Zámbiza, Cocotog, Guamaní, Turubamba, La Ecuatoriana, Quitumbe, Gualea y Caminos a la Libertad.