Ana Sáenz de Tejada: “Es hora de tomar en serio el trabajo que las jóvenes hacen para construir sociedades más pacíficas y sobre todo para avanzar con la igualdad de género”

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Ana Sáenz es una feminista joven, guatemalteca, estudiante de Ciencia Política con estudios de género y feminismo. Está comprometida con la defensa de los derechos de las mujeres y las estudiantes a una educación superior de calidad libre de violencia. Es exsecretaria de Género de la Asociación de Estudiantes Universitarios “Oliverio Castañeda de León” (2017-2019). Actualmente es integrante de la Red Interuniversitaria Seguras y Educadas (RISE) y activista nacional de género de Guatemala para ONU Mujeres.

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Foto: Cortesía de Ana Sáenz de Tejada

¿Cuál es el rol y por qué es importante la participación de las juventudes en la construcción de la paz y en una recuperación sostenible frente a las crisis? 

Las juventudes en toda la región se movilizan y trabajan en la construcción de la paz y defensa de los derechos humanos. El involucramiento de las juventudes es vital para lograr el mantenimiento de la paz y una recuperación sostenible para las crisis. He visto, especialmente desde los ámbitos estudiantiles, cómo las juventudes siempre se movilizan para defender la democracia y todo lo que ello implica para exigir el respeto a los derechos humanos de todas las personas. En todos los ámbitos importantes para lograr la construcción de la paz hay jóvenes que desde sus espacios y posibilidades trabajan para avanzar. 

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Foto: Cortesía de Ana Sáenz de Tejada

¿Cómo podemos promover una participación más significativa de las juventudes en la construcción de sociedades más pacíficas, con igualdad de género, inclusión y sostenibilidad? 

El primer paso para promover una participación más significativa de las juventudes es tomarnos en serio. Es hora de tomar en serio el trabajo que las jóvenes hacen para construir sociedades más pacíficas y sobre todo para avanzar con la igualdad de género. Esto implica, más que invitarnos a eventos a hablar sobre temáticas relacionadas a la igualdad de género o la paz, integrarnos a espacios de toma de decisiones y que en estos espacios podamos expresarnos libremente sobre las necesidades, ideas y propuestas que surgen desde la juventud y que sean tomadas en cuenta. 

Que seamos jóvenes no significa que no tengamos experiencia, o que no sepamos de qué hablamos. Las circunstancias y espacios en los que nos hemos desarrollado nos han llevado a convertirnos en activistas. Eso significa que llevamos tiempo trabajando hacia un objetivo y que podemos opinar, proponer y hacer actividades que eventualmente lleven a la transformación de nuestros entornos. Es más, ya lo estamos haciendo. 

El día de la juventud es momento de interesarse y conocer el trabajo que la juventud realiza en toda la región para avanzar la construcción de sociedades más pacíficas. Es relevante visibilizar el trabajo que realizamos las mujeres jóvenes para construir sociedades libres de violencia hacia nosotras, en las que podamos desarrollarnos de forma plena. Hay muchos ámbitos desde los que se está trabajando esta temática. 

Aun así, las organizaciones jóvenes tenemos muchos obstáculos para poder generar cambios. Uno de esos obstáculos evidentemente es el acceso a financiamiento, pero otro muy importante es el acceso a espacios de toma de decisiones reales, que sean vinculantes y que nos permitan poner sobre la mesa las prioridades y necesidades de la juventud. Más espacios para la juventud es la respuesta. 

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Foto: Cortesía de Ana Sáenz de Tejada

¿De qué manera se puede promover la solidaridad intergeneracional para la construcción de una cultura de paz y una recuperación sostenible con miras al logro de los ODS? 

Creo que una manera de promover la solidaridad intergeneracional es creando espacios de diálogo en que las organizaciones de distintas generaciones puedan intercambiar opiniones y experiencias desde el respeto. Muchas veces hay espacios donde se cae en el adultocentrismo y paternalismo hacia las organizaciones de jóvenes. Esto bloquea cualquier posibilidad de generar solidaridad entre organizaciones. También hay falta de conocimiento sobre el recorrido histórico de las organizaciones de mujeres, lo que también impide formar solidaridad. Tiene que existir un balance para lograr el respeto y posibilidad de coordinación entre generaciones. 

 

Las opiniones son responsabilidad de su autora y no reflejan una posición oficial de ONU Mujeres o de cualquier otra agencia del Sistema de las Naciones Unidas.