Casi 100 mujeres amazónicas se comprometen a defender su territorio a través del empoderamiento y el liderazgo
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Desde el 2019, 93 mujeres amazónicas de 11 nacionalidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana y de la nacionalidad saraguro asumieron el reto de fortalecer sus conocimientos sobre género, derechos humanos de las mujeres y derechos colectivos, cambio climático, organización, territorio, desarrollo sostenible y educación financiera. En plena pandemia, su determinación las obligó a continuar su proceso de formación en la escuela Antisuyu Warmikuna y reafirmar su compromiso como defensoras de la Madre Tierra.
La escuela Antisuyu Warmikuna es un espacio de formación y fortalecimiento que estas mujeres han aprovechado para compartir sus saberes y experiencias en liderazgo y participación. La misma fue formulada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (CONFENIAE) y ONU Mujeres en el marco del proyecto “Incorporación del enfoque de género en el programa PROAmazonía”.
Su participación es un factor clave para la organización de la escuela. Ellas estuvieron involucradas desde el inicio en todas las fases lo cual les dio un sentido de apropiación. Eligieron desde el nombre hasta el diseño del logotipo y actualmente son ellas quienes planifican los procesos de réplica de lo aprendido. Cada una de estas acciones ha permitido fortalecer su sentido de pertenencia con la institución y ratificar su compromiso con la defensa de los derechos de las mujeres y niñas de la Amazonía.
Una experiencia para compartir, empoderarse y liderar
Uno de los objetivos de la escuela es que las mujeres fortalezcan su liderazgo y se conviertan en agentes de cambio, por eso se invitó a las participantes a replicar los talleres en sus comunidades convirtiéndose también en formadoras.
Para Raquel Antún, mujer indígena, poeta y una de las replicadoras de la escuela, es muy importante compartir los conocimientos ancestrales de su cultura a las nuevas generaciones, para que tengan un impacto positivo en la economía circular, la transición ecológica y la consolidación de energías limpias y seguras que permitirán alcanzar un futuro sano y sostenible.
“Estos procesos son fundamentales para que las jóvenes se capaciten y puedan ocupar cargos de liderazgo y de gestión. Tenemos la misión de transmitir estos conocimientos a las jóvenes para empoderarlas, así como nuestras ancestras lo hicieron con nosotras,” señala Raquel.
Espacios de intercambio para fortalecer la participación
Desde que la Escuela comenzó se han evidenciado resultados en cuanto a la participación y empoderamiento de sus estudiantes. A través de las diferentes formaciones, muchas mujeres indígenas afirman que sus capacidades de liderazgo se han fortalecido, ahora cuentan con la confianza y conocimiento para ocupar cargos directivos y de liderazgo dentro de sus comunidades y así poder generar y promover acciones concretas en pro de la defensa de los derechos de mujeres y niñas y la igualdad.
Para Salomé Kuit Tangamashi, dirigente de la Mujer de la Asociación Shuar de Pastaza, la escuela es una oportunidad para poder organizarse dentro de las comunidades y alcanzar un futuro sostenible para todas las personas.
“Solo la organización y la unión nos harán avanzar. Tenemos que organizar nuestra casa que es nuestra comunidad, para que en los próximos años sigamos viendo a más mujeres formándose y asumiendo espacios de liderazgo”, mencionó Salomé, quien asegura que las mujeres están comprometidas en potenciar y compartir sus saberes sobre la tierra para reducir el impacto de las actividades agrícolas sobre la Madre Tierra.
A través del proyecto ProAmazonía, la lideresa indígena amazónica de la comunidad waorani, Nemo Andy, ha abierto espacios de diálogo entre mujeres que han permitido avanzar en la agenda para la igualdad de género. Nemo espera que este espacio no se quede solo en un proceso más, sino que trascienda y que cuente con el apoyo de toda la sociedad.
“Debemos apoyar a las mujeres indígenas, en especial a las niñas, para que puedan estudiar, para que puedan ejercer sus derechos, incluyendo el derecho a su economía y su cuerpo. Somos muy poquitas mujeres al frente de esta iniciativa y queremos que haya muchas más mujeres indígenas profesionales en nuestra comunidad, que no olviden su cultura y que miren con optimismo el futuro para que nos representen”, menciona con optimismo.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, se realizó la evaluación y entrega de certificados a cada una de las participantes de la escuela por haber culminado, con éxito, cada uno de los siete módulos que comprenden la malla curricular de la escuela.
De esta forma, ONU Mujeres reafirma su compromiso con el mejoramiento de las condiciones de participación de las mujeres amazónicas en los procesos socioambientales, de promoción de la conservación de la biodiversidad, de los bosques y de los servicios ecosistémicos, así como en los procesos productivos para enfrentar la crisis climática.
En los ojos de cada una de las participantes se refleja la esperanza de un cambio positivo para las mujeres y niñas indígenas que son las principales defensoras de los derechos colectivos de sus pueblos y de la Madre Tierra.
Sobre PROAmazonía
PROAmazonía es un programa liderado por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica (MAATE) y el Ministerio de Ganadería (MAG), que recibe apoyo del PNUD y se financia con fondos no reembolsables del Fondo Verde para el Clima (GCF) y del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).