La corresponsabilidad de los cuidados para reducir la brecha de género

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Foto: ONU Mujeres/Caminando

Históricamente, el trabajo de los cuidados ha sido socialmente asignado a las mujeres, y en muchas ocasiones sin remuneración alguna. Además, el actual contexto de pandemia de COVID-19 ha incrementado la carga en las tareas del cuidado ampliando la brecha de género. Con el objetivo de cambiar estos patrones para lograr la igualdad de género, el proyecto Caminando de ONU Mujeres también forma a las mujeres refugiadas en corresponsabilidad de los cuidados, una línea de acción muy importante para construir relaciones igualitarias y respetuosas entre mujeres y hombres.

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Foto: ONU Mujeres/Caminando

“Soy madre soltera y he aprendido a tener la responsabilidad de enseñar a mis hijos a cooperar en la casa desde pequeños. De esta manera, cuando van creciendo, lo normalizan y entienden que eso forma parte de la igualdad”, explica Hortensia, quien recibió capacitación en corresponsabilidad de los cuidados.

Al igual que ella, gracias a Caminando muchas mujeres han aprendido a reconocer, valorar y medir el trabajo de cuidados que realizan cotidianamente, pero sobre todo comprender que el sostenimiento de la vida debe ser compartido y no una responsabilidad exclusiva de las mujeres: “He aprendido a que tanto mujeres como hombres tenemos las mismas obligaciones, y no porque ellos sean varones y nosotras seamos mujeres, debemos encargarnos de las tareas del hogar y el cuidado de los niños”, cuenta Orquídea.

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Foto: ONU Mujeres/Caminando

El estudio The World’s Women 2020: Trends and Statistics de las Naciones Unidas evidencia la situación actual que viven las mujeres en todo el mundo: cada día dedican aproximadamente tres veces más horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres (4,2 horas en comparación con 1,7 horas). De hecho, en 2020, solo el 47% de las mujeres en edad de trabajar participaron en el mercado laboral, en comparación con el 74% de los hombres, una brecha de género que se ha mantenido relativamente constante desde 1995.

En ocasiones, esta responsabilidad desproporcionada es asumida desde edades tempranas, como en el caso de Orquídea. “Mi madre murió joven y yo era la mujer de mi familia. Lamentablemente, me crie con un papá machista, y desde niña quería que hiciera todo en la casa”. Para combatir estas desigualdades, Caminando brinda espacios de sensibilización para que las mujeres busquen una distribución más justa y equilibrada en el trabajo de los cuidados y las tareas domésticas al interior de sus hogares, así como identificar y hacer uso de los servicios de cuidado que brinda el Estado ecuatoriano en las localidades como parte de sus derechos.

 

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Foto: ONU Mujeres/Caminando

Tanto Hortensia como Orquídea aplican estos conocimientos en sus hogares: “Mi hijo de 13 años sabe que debe ayudarme con las tareas en casa, sobre todo cuando estoy fuera trabajando”, comenta Orquídea. En este sentido, se enorgullece de que sus hijos sepan cocinar y que se compartan las responsabilidades, también “les enseño a respetar a los demás, con especial atención a las mujeres y los adultos mayores”, afirma.

Asimismo, Hortensia considera que la corresponsabilidad de los cuidados es fundamental para “liberar a las mujeres de la excesiva carga en las tareas del hogar y dejar de reproducir roles en el que los hombres adultos no deben atender los cuidados en la casa”, y concluye que “solo así podremos erradicar el machismo”.


* Por razones de seguridad, hemos protegido los nombres de las personas que autorizaron a ONU Mujeres y que participaron en esta serie testimonial.