El triple obstáculo que enfrentan las mujeres refugiadas y migrantes en Ecuador

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El triple obstáculo que enfrentan las mujeres refugiadas y migrantes en Ecuador

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Foto: ONU Mujeres / CERF

El Día Internacional de las Niñas en las TIC se concibe como una jornada para reivindicar la reducción de la brecha digital de género que se ha evidenciado a lo largo de los años. Según el Análisis Rápido de Género para la Emergencia de COVID-19 en ALC de ONU Mujeres y CARE, esta brecha ha aumentado durante la COVID-19 en la región en lo que respecta al acceso a las TIC y plataformas digitales por parte de las mujeres y las niñas. Esta desigualdad se agudiza especialmente sobre los grupos vulnerables como una variable de exclusión: las niñas y adolescentes refugiadas y migrantes son las más afectadas debido a factores como la asunción de las tareas del hogar en detrimento del aprendizaje.


La brecha digital de género, la pandemia de COVID-19 y su condición de movilidad humana suponen un triple obstáculo para las mujeres refugiadas y migrantes que se encuentran en el Ecuador. Para caminar hacia la igualdad de género, el proyecto Caminando de ONU Mujeres trabaja en el empoderamiento económico y la generación de medios de vida a través del mejoramiento de las capacidades de las y los participantes en el proyecto.

 

El empoderamiento económico para la efectiva autonomía de las mujeres

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Foto: ONU Mujeres /Caminando 

Caminando capacitó a 1.358 mujeres venezolanas, colombianas y ecuatorianas para generar emprendimientos, lo que contribuye a su empoderamiento y autonomía económica. Es el caso de Margarita*, una mujer colombiana de 34 años que llegó a Ecuador con su familia hace dos años huyendo de la violencia, y a quien el capital semilla que recibió por parte del proyecto le ha permitido gozar de estabilidad.


“Se nos hacía duro afrontar los gastos, por lo menos ahora ya nos da una tranquilidad. Cuando ONU Mujeres nos dio ese capital semilla para el emprendimiento de reciclaje, empezamos a comprar material como cartón, botellas, etc., y eso ayudó a mi familia para mejorar nuestra calidad de vida. Con esto, nos hemos podido mantener a raíz de la pandemia y salir adelante”.


También cabe señalar que uno de los principales motivos que llevan a las mujeres a migrar es proporcionar a sus hijos un mejor futuro a través de la educación. “Para mí, la educación es lo principal. Miro por el bienestar de ellos, que puedan recibir una buena educación”, afirma Anahí*, una mujer venezolana de 25 años, que tiene dos hijos de 8 y 6 años. Ese mismo motivo le hace levantarse cada día a las madres que ponen voz a este artículo, también pendientes de la importancia que supone la educación de sus hijas e hijos. Como cuando Laura, una mujer colombiana de 26 años y que tiene dos hijos de 4 y 1 años, cruzó la frontera e ingresó en Ecuador hace algo más de un año: “Me parece que la educación es muy importante porque se crían con buenos valores y principios”.


Sin embargo, este triple obstáculo no solo incide sobre estas mujeres, sino también sobre las más pequeñas. Esta realidad, que a menudo se encuentra invisibilizada, se ve incrementada por la falta de recursos económicos que impide a las familias migrantes cubrir los gastos de internet que requieren niñas y niños para asistir actualmente a la escuela virtual. La hija de Laura tiene 4 años y cada lunes se conecta para recibir sus clases virtuales, pero no siempre es factible: “Cuando no hay dinero para pagar internet, no podemos hacer que la niña acceda a educación”. El acceso a Internet y la falta de dispositivos son otras de las dificultades que enfrentan las familias en situación de movilidad humana. Para Margarita, quien tiene 5 hijas e hijos y una tablet, asegura que “toca jugar a la ruleta para ver quién se conecta: es el único inconveniente con la coincidencia de las clases”.


Datos de UNICEF arrojaron recientemente que el 43,7% de las niñas y niños refugiados y migrantes de Venezuela no tienen acceso a educación formal en Ecuador. Este es el caso de Anahí, que hace las veces de profesora con sus hijos e hijas para que no vean su educación interrumpida, lo que aumenta su carga en los cuidados: “Trato de ponerlos a hacer yo mismo tareas para que mis niños no se atrasen”.


En este sentido, la falta de acceso a TICs y a la educación es una línea divisoria que tiene consecuencias específicas para las mujeres y las niñas. En primer lugar, en las zonas rurales y remotas las mujeres sufren un aislamiento social al no disponer de acceso a Internet, lo que supone una incomunicación en esta era digital. Además, la brecha digital genera diversas barreras, tanto al estudio y al conocimiento como al desarrollo personal y profesional de las mujeres. Esto, al mismo tiempo, amplía las desigualdades socioeconómicas, siendo un limitante para encontrar un empleo, hoy día cada vez más vinculado con las TICs. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la falta de autonomía económica y de acceso a Internet y a la posibilidad de teletrabajar tiene mayor impacto sobre las mujeres de menores ingresos.


Para ello, desde el punto de vista de la igualdad de género, es imprescindible superar la segmentación en el ámbito laboral para transformar los roles de género y garantizar un futuro para las mujeres con autonomía económica y en condiciones de igualdad. La reproducción de los sesgos de género sigue perpetuando la responsabilidad de los cuidados a las mujeres y las niñas, a quienes en muchas ocasiones se les encarga estos cuidados y con ello disponen de menos tiempo para estudiar.


Las y los cuidadores han debido asumir nuevas tareas dentro del hogar, pero actualmente esta carga continúa recayendo en las mujeres, quienes incrementan su sobrecargar de trabajo. Por ello, Caminando combate los estereotipos a través de la promoción de masculinidades no violentas y corresponsables. Este componente es muy importante porque desmitifica las falsas creencias que existen acerca del rol de las mujeres en la sociedad, contribuyendo así a generar espacios de convivencia basados en la igualdad de género y rompiendo los estereotipos de género en relación a las competencias digitales de las niñas.

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Foto: ONU Mujeres /Caminando 

En este sentido, Violeta*, de 41 años, trabajó por más de una década en el sector vocacional de la educación en Colombia hasta que tuvo que buscar refugio en Ecuador un año atrás. Ella reconoce que esta cuestión debe replicarse en todas las esferas, especialmente, desde las edades más tempranas:


“Ya no estamos con el cuento de siempre, ese cuento del machismo tiene que acabar, cuando el hombre estudiaba y la mujer se quedaba en casa. Hoy día ya debería haber igualdad. En mi trabajo en Colombia trataba de hacer ver eso a los padres y las madres, que tenemos que eliminar esa discriminación hacia las mujeres. Todos somos iguales. Y eso se tiene que enseñar a los niños y niñas y a la sociedad, y también replicarlo dentro de casa”.


Precisamente, durante la implementación del proyecto Caminando, se ha formado tanto a mujeres como a hombres en la corresponsabilidad de los cuidados, puesto que a raíz de la pandemia de COVID-19, junto al cierre de las escuelas, la carga sobre los cuidados fue mayor para las mujeres, lo que repercutió en el acceso a la educación y las TIC de muchas niñas y adolescentes.


El proyecto Caminando: Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres en situación de desplazamiento y refugio y de las mujeres en comunidades de acogida en la frontera norte y sur del Ecuador inició en septiembre de 2019 con el objetivo de abrir caminos para la incorporación del enfoque de género en las acciones humanitarias de las zonas fronterizas del Ecuador en las provincias de Esmeraldas, Carchi, Sucumbíos, Imbabura y El Oro, y se implementa gracias a los fondos de la Oficina de Población, Refugiados y Migración de los Estados Unidos de América. Durante su ejecución, nos acercamos a las experiencias de Margarita, Anahí, Laura y Violeta como parte del empoderamiento para una efectiva autonomía de las mujeres.


* Nombre protegido por razones de seguridad. La persona autorizó a ONU Mujeres a contar su historia.

 

Fuentes

CEPAL (2016). Niñas y adolescentes en América Latina y el Caribe. Deudas de Igualdad.

CEPAL (2020). Informe Especial No. 7: Universalizar el acceso a las tecnologías digitales para enfrentar los efectos del COVID-19.

CEPAL (2021). Informe Especial No. 9: La autonomía económica de las mujeres en la recuperación sostenible y con igualdad.

Observatorio Social del Ecuador (2018). Situación de la niñez y adolescencia en el Ecuador, una mirada a través de los ODS.

ONU Mujeres y Care (2020). Análisis Rápido de Género de América Latina y el Caribe.

UNESCO, ONU Mujeres y Plan Internacional (2020). Educación, Género y COVID-19. Consecuencias para niñas y adolescentes.

UNICEF (2017). El estado mundial de la infancia 2017. Niños en un mundo digital.

UNICEF (2020). El choque COVID-19 en la pobreza, desigualdad y clases sociales en el Ecuador. Una mirada a los hogares con niñas, niños y adolescentes.

UNICEF (2020). EDUCACIÓN EN PAUSA: Una generación de niños y niñas en América Latina y el Caribe está perdiendo la escolarización debido al COVID-19.

UNICEF (2020). Respuesta de UNICEF Ecuador a la crisis de movilidad humana venezolana.

UNICEF (2021). Derechos de las niñas para un futuro en Igualdad: Renovando compromisos en América Latina y el Caribe. Resumen Ejecutivo.