Las mujeres afrodescendientes identifican la participación como un factor clave para dar respuesta a sus necesidades en materia de cuidados

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Los datos corresponden a los resultados de la encuesta lanzada por la Oficina Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe para levantar información sobre las necesidades, demandas y recomendaciones de las mujeres afrodescendientes en cuanto a los cuidados, en el marco del Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, que se conmemora el 25 de julio.

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Según los resultados de la encuesta lanzada por la Oficina Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe para recabar información sobre las necesidades, demandas y recomendaciones de las mujeres afrodescendientes en cuanto a los cuidados, la principal recomendación para promover que los intereses de las personas afrodescendientes de la región sean parte de las iniciativas a vinculadas con los cuidados es promover su participación en los espacios de toma de decisiones. Además, el acceso a la salud y a la educación se perfilan como las principales demandas para asegurar que sus necesidades sean tomadas en cuenta por parte de los poderes públicos, al tiempo que reclaman políticas que permitan el pleno goce de sus derechos humanos.  

“Necesitamos que se creen mesas de diálogo, tomando en cuenta las organizaciones de mujeres afro las cuales nos beneficien a nivel de salud, economía, educación, política, justicia, participación activa etc.”, narra una de las respuestas.  

La pandemia por COVID-19 puso de relieve cómo la falta de servicios públicos en materia de cuidados supuso una sobrecarga de trabajo no remunerado para las mujeres, que tuvieron que asumir el cuidado de niños y niñas ante la suspensión del curso escolar y el cuidado de las personas enfermas. En el caso particular de las mujeres afrodescendientes, esto se vio agravado por el hecho de que muchas de ellas se dedican al trabajo doméstico remunerado, un sector en el que se dan altos niveles de informalidad y falta de acceso a derechos laborales.  

En ese sentido, las principales necesidades que las mujeres afrodescendientes que contestaron la encuesta manifiestan en cuanto a los cuidados son en un 19,2% relacionadas a la salud y con las actividades no remuneradas que ellas deben realizar para cuidar a otras personas en caso de una enfermedad. Esto repercute en varios aspectos de sus vidas, por una parte dificulta su acceso al mercado laboral, y por otro en el caso especialmente de las mujeres más jóvenes interfiere en su continuidad en la escuela, estudios, etc. Además, la sobre carga de este tipo de trabajo no remunerado incide también a su salud física y mental.  Sumado a ello, en los resultados encuesta se evidencia también que el racismo, la discriminación y la violencia son barreras que dificultan su acceso a los servicios en un 33,8%. 

Según la UNESCO, persisten en el siglo XXI múltiples formas de discriminación contra las niñas y mujeres, y estas con frecuencia se agravan cuando las miramos desde la perspectiva étnica. En ese sentido, es necesario promover la erradicación de todas estas injusticias sociales heredadas y luchar contra los prejuicios y la discriminación racial, promoviendo y protegiendo los derechos humanos de todos y todas. 

Los cuidados son las actividades que regeneran diaria y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas. Es un trabajo esencial para el sostenimiento de la vida, la reproducción de la fuerza de trabajo y de las sociedades, generando una contribución fundamental para la producción económica, el desarrollo y el bienestar.  

La actual distribución de las responsabilidades de los cuidados es sumamente desequilibrada, recayendo principalmente en los hogares y siendo realizada mayoritariamente de manera no remunerada por las mujeres. A pesar de su importancia, este trabajo sigue siendo invisibilizado, subestimado y desatendido en el diseño de políticas económicas y sociales en América Latina y el Caribe. Como reflejo del estereotipo de la feminización del cuidado, en el ámbito del trabajo de cuidados remunerados, las mujeres también están sobrerrepresentadas en estos empleos caracterizados en general por una baja remuneración y condiciones laborales precarias (ONU Mujeres, 2020). 

“Es necesario que se reconozca el cuidado como una labor indispensable que aporta en la economía de los países, deben mapear y evaluar las condiciones singulares que viven las personas afrodescendientes que se dedican al trabajo doméstico y al cuidado no remunerado, elaborar políticas públicas con enfoque de género y presentar estas iniciativas a esta población, la consultoría es parte integral de la implementación de estas propuestas”, dice una de las más de 300 respuestas cualitativas recopiladas por la encuesta.  

“Las mujeres afrodescendientes no tenemos acceso al mercado de trabajo, por lo tanto no contamos con la capacidad de tener un seguro médico, y en las comunidades donde se concentran se carece de hospitales y puestos de salud, además, la atención medica hacia las personas afrodescendientes es ineficiente, ya que debido a su pertinencia cultural, las personas afrodescendientes requieren de diagnósticos más preciso”, aclara otra de las respuestas.  

Esta encuesta fue respondida por 322 personas, de las que el 55% viven en Colombia, 10% en Ecuador y 10% en Panamá, así como un 5% en Brasil. De esas personas, un 91,3% son mujeres, 8,1% hombres. Del total de mujeres, 271 se identifican como mujeres afrodescendientes. La edad promedio de quienes contestaron la encuesta es 44 años, con un máximo de edad en 96 años, según se observa. Cerca del 9,1% de las personas que respondieron este levantamiento de información viven con una discapacidad.  

Desde 1992, cada 25 de julio se conmemora el Día Internacional de la mujer afrolatina, afrocaribeña y de la diáspora. El objetivo de esta conmemoración es visibilizar a las mujeres afrodescendientes y promover políticas públicas que ayuden a mejorar su calidad de vida y a erradicar el racismo y la discriminación.