Sandra Ortiz Medina: “El agua es el principio de la vida. Si el agua no brota, la vida tampoco; si el agua se acaba, la historia de la humanidad se acaba con ella”

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Sandra Ortiz Medina es lideresa del resguardo de San José de Julumito, uno de los 139 resguardos indígenas ubicados en el departamento del Cauca, al sur de Colombia. Hace parte del Programa Mujer del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), uno de los movimientos sociales y étnicos más representativos del país. Su liderazgo en el trabajo por el medio ambiente es ejemplo para las mujeres de su comunidad y en especial de quienes, como ella, hacen parte de Prodefensoras, una iniciativa que surge de la alianza entre ONU Mujeres, la Embajada de Noruega y la Defensoría del Pueblo, para proteger a las mujeres líderes y defensoras de los derechos humanos a lo largo y ancho de Colombia. 

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“Un día nos dimos cuenta de que el agua que llegaba a nuestro territorio ya no era la misma, había perdido fuerza y pureza. Decidimos emprender el camino en busca de los “ojos de agua”, la fuente natural desde donde brota. Cuando llegamos al lugar sagrado, los árboles ya no estaban, las aves no cantaban, la madre tierra agonizaba”, así se abre paso Sandra para explicar por qué, junto a su comunidad, decidieron proteger y salvaguardar uno de los recursos más importantes del mundo: el agua.

Entre los departamentos de Cauca y Nariño se encuentra ubicada la estrella fluvial más importante del país, que produce el 70% del agua que consume Colombia. Ríos, lagunas, selvas y montañas se alimentan de la riqueza potencial con la que cuentan los departamentos del sur del país y que hoy se encuentra amenazada por la explotación de los recursos naturales.

“Organizarnos para crear conciencia acerca de la responsabilidad que tenemos frente a uno de los recursos indispensables para sobrevivir, fue la única forma que tuvimos para empezar a incidir. Luego de ser pocas, ahora somos más de 107 organizaciones, no solo del Cauca sino de otras regiones del país, que coincidimos y creamos esta juntanza (sic) para defender los derechos de las comunidades y los derechos de la madre tierra”. 

En el proceso por generar cambios estructurales sobre la explotación de recursos sin criterios de sostenibilidad ambiental y social, las mujeres de las comunidades han desempeñado un papel crucial. “Nosotras entendemos a la madre tierra porque, al igual que ella, hemos sufrido en nuestros cuerpos las violencias y hemos sido nosotras, desde la necesidad de que persista la vida, las que lideramos hoy muchos procesos al interior de las comunidades”.

Una de las alternativas ha sido, junto a otras organizaciones, presentar a finales del 2021, un proyecto de ley apoyado por la mayoría de legislativos para poder continuar en la salvaguarda de este recurso en los territorios. “Además de esta iniciativa de incidencia, nos hemos propuesto también generar espacios pedagógicos y formativos que le permitan a las comunidades, a las viejas y nuevas generaciones, impulsar el uso de semillas adecuadas para multiplicar y perpetuar la especie natural. No es el trabajo de pocos, es el trabajo de todos”, comentó Sandra. 

Como parte del Programa Mujer del Consejo Regional Indígena del Cauca, y gracias a la iniciativa de Prodefensoras, Sandra es una de las 25 lideresas de diferentes zonas del departamento del Cauca que trabajan en la consolidación del Plan de Seguridad Ancestral, “un mecanismo que nos permite tener elementos más claros acerca de las afectaciones cuerpo-territorio, las alternativas para la mitigación, las apuestas por el cuidado y autoprotección, que nos permite fortalecer nuestras capacidades de liderazgos colectivos a favor de la madre tierra”, puntualiza Sandra.