En Ibarra, gobiernos locales, cooperación y sociedad civil refuerzan su rol en la protección y atención a mujeres en situación de movilidad
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Funcionarias y funcionarios de gobiernos seccionales, organizaciones de la cooperación internacional y de la sociedad civil en Imbabura fortalecieron sus capacidades técnicas para ofrecer una atención más efectiva, empática y con enfoque de derechos a mujeres migrantes y sobrevivientes de violencia de género y trata de personas.
Este segundo módulo del proceso formativo, organizado por el subgrupo de Trata de Personas y Violencia de Género del Grupo de Trabajo para Migrantes y Refugiados (GTRM) de Imbabura y Norte de Pichincha, coliderado por ACNUR, fue impartido por la Dirección Contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes (DTDPTIM) del Ministerio del Interior y ONU Mujeres, como parte del trabajo articulado que se ha implementado en diferentes localidades. La jornada permitió no solo reforzar conocimientos teóricos, sino también entregar herramientas prácticas que fortalezcan la detección temprana, la activación de rutas de protección y la atención integral.

Durante el taller se socializó la Guía Orientativa para la Identificación de Casos de Trata de Personas, una herramienta clave que permitirá a quienes trabajan en primera línea identificar riesgos y actuar de manera oportuna en beneficio de las víctimas. Este enfoque contribuye a consolidar respuestas más humanas, sensibles y coordinadas, que colocan en el centro la seguridad, la dignidad y los derechos de las mujeres.

La actividad se desarrolló en el marco del proyecto binacional Proteger a las Caminantes, impulsado por las oficinas de ONU Mujeres en Ecuador y Colombia, con el financiamiento de la Cooperación Suiza (COSUDE). Este proyecto tiene como propósito mitigar los riesgos específicos que enfrentan mujeres y niñas en situación de movilidad humana en la frontera norte del Ecuador y fomentar entornos de protección, inclusión y autonomía.
Gracias a procesos como este, se fortalecen las capacidades locales para construir comunidades más seguras y libres de violencia, donde la prevención de la trata de personas y la garantía de derechos para mujeres migrantes sean parte de una respuesta integral, articulada y sostenida.
Desde ONU Mujeres reafirmamos nuestro compromiso de seguir acompañando y fortaleciendo las capacidades locales, para que ninguna mujer sea invisible ante la violencia y todas puedan ejercer sus derechos en entornos seguros, protectores e inclusivos. Espacios como este son una muestra del poder de la articulación y la acción conjunta para avanzar hacia territorios donde la dignidad, la autonomía y la vida libre de violencias sean una realidad para todas.