La ONU en Ecuador: unidos para ponerle fin a la violencia contra las mujeres y las niñas
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La organización de las Naciones Unidas apoya al Estado ecuatoriano en su esfuerzo por alcanzar el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia de manera específica en este campo contamos con la Campaña del Secretario General “UNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres”. Esta campaña utiliza el color naranja como símbolo de un nuevo comienzo, el inicio de una nueva oportunidad… La humanidad puede y debe darse esta nueva oportunidad: vivir sin violencia contra las mujeres, vivir de manera armónica, respetuosa, digna.
La ONU, a través de sus agencias, fondos y programas en Ecuador apoya los esfuerzos del Estado para reducir la impunidad en los casos de violencia contra las mujeres fortaleciendo el acceso a la justica, el desarrollo e implementacion de leyes, planes y programas específicos. En este sentido ONU Mujeres y UNICEF apoyan distintas iniciativas como Ciudades Seguras o la puesta en marcha de programas y estrategias para la prevención de violencia sexual en escuelas y colegios.
Por su parte la Oficina del Alto Comisionado para los Refugiados - ACNUR, la Organización Panamericana de la Salud - OPS, la organización Internacional para las Migraciones - OIM, el Programa Mundial de Alimentos - PMA y el Fond de Población de la Naciones Unidas – UNFPA; llevan adelante iniciativas orientadas generar información, mecanismos de prevención y protección y servicios así como una respuesta coordinada que contribuya a los procesos de restauración y recuperación de las sobrevivientes y sus entornos más próximos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO y el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, impulsan la incorporación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones con respecto a los recursos naturales y el desarrollo como una de las estrategias para empoderar a las mujeres y reducir la violencia de género.
UNESCO trabaja en la deconstrucción de los estereotipos, la educación como forma básica de prevención, la cultura como base social del diálogo y la tecnología como vehículo de competencias digitales para el empoderamiento en la Sociedad del Conocimiento.